Aunque se le conoce como Santa Claus o Papá Noel, el nombre original del personaje encargado de repartir regalos en Navidades el primero. Su historia se inspira en la del obispo cristiano Nicolás de Myra, quien vivió en el siglo IV en Turquía y que tiene miles de templos dedicados a su figura en todo el mundo.
Nicolás era hijo de una familia acomodada y cuando era joven sus padres murieron a causa de la peste. Fue entonces cuando repartió sus bienes entre personas necesitadas y decidió ordenarse como sacerdote. Despertó tanta admiración que se convirtió en santo patrón de Rusia, Grecia, Turquía y la Lorena (Francia).
La historia relata que el sacerdote entraba por una ventana y colocaba una bolsa llena de otro dentro de los calcetines que estaban colgados encima de la chimenea para que se secaran. La imagen de Santa Claus llegó a Estados Unidos procedente Holanda en el siglo XVII y fue en 1809 cuando el escritor Washington Irving cambió el nombre del santo holandés Sinterklaas al pronunciar Santa Claus.
Más tarde, en la década de los 60, el poeta Clement Clarke Moore describió al personaje como un enano delgado que regalaba juguetes en vísperas navideñas a los niños y viajaba en un trineo tirado por nueve renos cuyo líder se llamaba Rodolfo. Gracias a un ilustrador, que se basó en las vestimentas de los obispos para el dibujo, su imagen empezó a utilizarse para las campañas de Navidad.
No obstante, el nombre más popular en los países de habla hispana es Papá Noel. La denominación viene de Francia, ya que allí la Navidad significa noël y comenzaron a llamar a Santa Claus Pere Noël, el padre de la Navidad. En España se popularizó el nombre Papá Noel y de ahí su predominio en nuestro país y América Latina.
Una empresa estadounidense perteneciente al sector frigorífico acuñó la creencia de que Papá Noel venía del Polo Norte a finales del siglo XIX. Ya en 1930 Coca Cola adquirió los derechos de este personaje y lo comenzó a utilizar en sus anuncios publicitarios.
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